
España se enfrenta a una aparente paradoja: aunque el 82% de su territorio está prácticamente deshabitado, acceder a suelo disponible para construir vivienda se ha convertido en un problema estructural. La mayoría de la población se concentra en apenas el 18% del territorio, lo que genera una fuerte presión urbanística sobre unas pocas ciudades y áreas metropolitanas. Según un estudio reciente, España es el país europeo con menor proporción de superficie habitada en relación con su extensión.
Pese a esta vastedad de territorio sin uso residencial, las restricciones normativas, la lentitud administrativa y la falta de planificación efectiva impiden transformar ese suelo en espacio habitable. El marco legal actual no solo encarece los procesos de urbanización, sino que impide responder a la creciente demanda de vivienda, especialmente en zonas tensionadas como Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia.
Desde el sector inmobiliario y urbanístico se reclama una reforma profunda del modelo de gestión del suelo en España. Promotores y expertos coinciden en que es urgente desbloquear los desarrollos paralizados, modernizar los planes generales obsoletos y facilitar una mayor colaboración público-privada. Sin estos cambios, advierten, no será posible contener los precios de la vivienda ni garantizar el acceso a una residencia digna para las futuras generaciones.
© 2025 · foroeleccionciudadana.com