
Madrid se prepara para organizar el Gran Premio de España de la Fórmula 1. A justo un año de que empiece la competición, surgen la pregunta: ¿es suficiente la oferta hotelera para acoger el incremento de turistas previsto?
Queda justo un año para el viernes 11 de septiembre de 2026, el día en que echará a rodar la Fórmula 1 en Madrid. Una fecha marcada en rojo en el calendario de los amantes del motor y, también, una apuesta estratégica de Madrid de cara a ampliar su relevancia económica y turística a nivel nacional e internacional.
Se trata de un evento que supondrá un impacto significativo. Según los cálculos de Bankinter, el Gran Premio de España tendrá un impacto económico de 4.500 millones de euros en ingresos directos a lo largo de sus diez años de duración y traerá a la ciudad nuevos turistas, que gastarán, de media, unos 1.680 euros.

Si los cálculos de Bankinter se cumplen, Madrid recibirá cerca de 85.000 nuevos visitantes, a sumar a los que ya recibe. La ciudad podría necesitar alternativas de alojamiento más allá de los hoteles. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a junio de 2025 Madrid contaba con 839 hoteles que reúnen un total de 94.316 plazas hoteleras.

De esas plazas, en junio de este año la ocupación fue del 64,67%. En septiembre de 2024, para establecer una comparación con el mismo mes en que se celebrará la Fórmula 1, la ocupación fue muy similar, del 64,22%.

Madrid contaría, por tanto, con 33.332 plazas hoteleras libres de cara al Gran Premio de Madrid. De nuevo surge la pregunta: ¿es suficiente esta oferta si las previsiones hablan de 85.000 nuevos turistas? PwC considera que no. En un informe elaborado para Madrid Aloja, que analiza la contribución socioeconómica del alquiler de corta duración en Madrid, la consultora asegura que, en el contexto de este evento deportivo, "la demanda de alojamiento superaría en un 150% la capacidad de la oferta tradicional, generando un déficit de hasta 52.343 plazas".
Según sus conclusiones, por tanto, "en un escenario sin las alternativas de Alquiler de Corta Duración (ACD)", la oferta de alojamiento tradicional "solo podría absorber a 41.157 personas, lo que representa apenas el 44% de la demanda generada por el evento".
A esta realidad hay que sumarle la llegada del Plan Reside, una iniciativa mediante la que el Ayuntamiento de Madrid pretende prohibir todos los nuevos pisos turísticos dispersos en edificios residenciales dentro de la almendra central. Fuera de la M-30, por su parte, se mantendrán las restricciones actuales, siempre que se sitúen en plantas bajas o primeras de los edificios y cuenten con acceso independiente.
Una medida que tendrá "un impacto muy limitado" en el mercado del alquiler de larga duración, ya que las viviendas de uso turístico representan "menos del 1% del total de viviendas disponibles" y que, sin embargo, "afectará a la capacidad de la capital para absorber picos de turistas, ya que se restringe una oferta alternativa de alojamiento", aseguran desde Foro Elección Ciudadana, un think tank independiente que, coordinado por la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante Paloma Taltavull, se define como promotor de "un modelo de economía de mercado equilibrado orientado al beneficio de la ciudadanía".
En su informe, PwC defiende que "el papel esencial del ACD dentro del ecosistema turístico de Madrid". Sin esta modalidad, afirma la consultora, "la ciudad no podría responder adecuadamente a la magnitud de la demanda generada por un evento de esta envergadura".
Según la visión del Foro Elección Ciudadana, "la reducción de la oferta de alojamientos turísticos puede impactar negativamente en la competitividad de Madrid como destino internacional, especialmente cuando la ciudad se prepara para eventos de esta magnitud. La flexibilidad de los alquileres de corta duración", afirman, "permite a la ciudad gestionar picos de demanda, como grandes eventos, sin generar costes adicionales por inventarios inactivos, lo que es crucial para su economía".

Si se limita esta flexibilidad, "la ciudad podría perder competitividad frente a otras grandes capitales que mantienen una oferta diversa de alojamiento, como Barcelona, que ha sufrido movimientos similares en el pasado", añaden.
Desde el Foro consideran que, "aunque entendemos la necesidad de regular para abordar posibles problemas de alojamiento residencial en el centro histórico, un enfoque equilibrado es crucial. La falta de oferta alojativa en eventos grandes como la F1 puede perjudicar la imagen de la ciudad y limitar su capacidad de crecimiento económico. Regulaciones excesivas podrían desincentivar la inversión en el sector turístico y perder oportunidades de ingresos por turismo, empleo y desarrollo local", concluyen.
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